El Museo Whitney de Nueva York usó las mismas instalaciones tanto para celebrar su Fiesta Anual como el Premio de Arte Americano, mostrando así como se puede hacer una buena gestión con recursos limitados.
De esta forma, el museo optó por celebrar los dos eventos en noches consecutivas en Nueva York. La intención fue utilizar para las dos galas, los mismos proveedores y aprovechar así los recursos (por ejemplo, todos los materiales se trasladaron el mismo día al mismo espacio. La temática para el Premio fue la del Pop Art, haciendo un homenaje a la Fundación Andy Warhol y a Dorothy Lichtenstein. De esta forma, se utilizó ropa de cama de colores para vestir las mesas, papel de aluminio para las cubiertas de las paredes y cuencos de fruta como centros de mesa. Una pared de ladrillo se convirtió en una pantalla de proyección de un documental sobre Lichtenstein y Warhol.
A la noche siguiente, y para festejar la Fiesta Anual, las paredes y la pantalla se mantuvieron en su sitio, mientras que las sillas y las mesas de la cena anterior, fueron cambiados por muebles de salón moderno de mediados de siglo.
De esta forma el Whitney arriesgó con esta propuesta tan innovadora como creativa.